Inmediatamente despues

Como todo un experto, no demoro en colocar la punta de su pene en mi agujero, y yo al sentirlo, baje suavemente mientras sentía como entraba aquel pene que en ese momento parecía una roca de lo duro que estaba. Yo sentada encima de el, baje hasta sentir que me había penetrado completamente. Comencé a moverme suavemente, cabalgando a mi macho, mientras nuestras miradas denotaban el placer que ambos sentíamos. Yo gemía de placer y el repetía una y otra vez:
- Que divina estas amor, que delicia cogerte así.
Yo seguía moviéndome, mientras el estaba extasiado al sentir todo se pene siendo acariciando dentro de mi. De vez en cuando se impulsaba con sus piernas para bombearme mas rápido y mas profundo, luego volvía a relajarse y a dejar que yo llevara el control.
Perdí la noción del tiempo, todo para mi era un placer sublime. Me dijo tiernamente, acuéstate en el sofá boca arriba. Yo inmediatamente obedecí a mi macho y me recosté atenta a lo que estaba haciendo el. Me acomodo sujetándome de las piernas y jalándome hacia el, me abrió las piernas y las coloco sobre sus hombros, y con una mano tomo su pene, y coloco la punta en mi agujero, y sentí como con un movimiento de cadera me penetro hasta el fondo, haciéndome gritar de placer. Mientras yo mas gemía, el mas se excitaba, y como movía cada vez mas rápido sus caderas, en un movimiento fuerte y armónico que me tenia gimiendo como loca del placer tan inmenso que mi macho me estaba dando. Yo estaba en un estado sublime de placer que jamás había experimentado, y sentía como mi macho disfrutaba sin para dándome placer. Bajo mis piernas de sus hombros y sin dejar de penetrarme se coloco sobre mi y comenzó a besarme muy apasionadamente mientras seguía dándome placer moviendo sus caderas para llevar su pene hasta lo mas profundo de mi. Yo coloque mis brazos sobre su cuello y entrelacé mis piernas en su cadera para sentirme mas cerca de mi macho. Mientras me cogía de esa manera se veía en sus ojos el placer que yo le estaba proporcionando, eso hizo que yo llegara a un estado de felicidad y plenitud que jamás había sentido.