MI TIO ME DESVIRGO

ya sentía atracción por los hombres y además entré en un estado muy grande de excitación, ya que era la primera polla que la veía directamente y...sinceramente, sentí el deseo de tocarla.
Cuando salió del baño me dijo: "Gracias!! Cuál es tu nombre?" "Lucía!!, le dije mintiéndole, porque en aquel momento tenía nombre masculino. "Gracias Lucía...me voy...déjale mis saludos a mi sobrina!!", me dijo despidiéndose. "Pero ya te vas? Tan poquito tiempo duró tu visita? Quédate un rato, te serviré un refresco...afuera hace mucho calor!!", le dije invitándole a que se sentara. Le acerqué algo refrescante, mientras me dí cuenta, que el viejo no dejaba de mirarme el culo. Riéndome por dentro me dije a mí misma: "Es un viejo verde!!...Voy a jugar un rato con él y lo voy a poner cachondisimo...tamaña sorpresa que se llevará!!" Así le di conversación un rato...en todo momento, nunca sospechó que yo no era una niña. Comencé a jugar con él. Fingí golpearme con la mesa y luego simulé una caída...mi camisón se levantó y pudo ver la tanguita que llevaba puesta. El viejo se acercó a ayudarme y yo fingía que no podía pisar con los pies. Le pedí que me cargara en los brazos y me llevara hasta mi cama. Cuando me alzó lo abracé del cuello, mientras él me cargó y me llevó a mi cama. En eso, intencionalmente, le dije que iba a abrir la cama para acostarme un rato y me puse en cuatro patas, apuntando mi cola hacia donde estaba el anciano. Mi tanga y mi culo estaban frente a sus ojos...gateando encima de la cama, caminé hacia atrás y con mi culo le rocé a propósito su polla, como si hubiese sido un movimiento accidental. El viejo estaba parado junto a la cama y yo rozando su polla, en cuatro patas subida a la cama. Inmediatamente que rocé su polla, sentí la dureza extrema del miembro de mi tio...le había causado una erección. Empecé a moverle la colita, mientras le rozaba su pene...los roces fueron cada vez mas calientes...y se transformó aquello en un frotamiento brutal. El viejo me apoyó y me arrimó su verga y yo mi cola y así comenzamos a frotarnos. El anciano me agarró de la cintura con sus manos, me bajó la tanga, sacó su gigantesca polla parada y dura y me penetró analmente. Yo daba de gritos ante cada embestida del viejo...